Biden muestra intención de impulsar el progreso global en democracia, derechos humanos, y elecciones libres y justas

by Marc Limon, Executive Director of the Universal Rights Group Democracy, Thematic human rights issues

Octubre 28, 2020, Ginebra

Con las elecciones presidenciales de EE. UU. a solo unos días de distancia, y millones de votos ya emitidos a través de votaciones anticipadas y boletas ausentes, en un ciclo electoral plagado de temores sobre la supresión de votantes y el debilitamiento de la democracia estadounidense, un discurso del candidato demócrata Joe Biden que centra la democracia en casa y en el extranjero ha adquirido un mayor significado.

El 11 de julio de 2019, Joe Biden, candidato democrático para ser Presidente de los Estados Unidos, pronunció un discurso en ‘The Graduate Center’ de ‘CUNY’ en Nueva York, donde expuso su plan para la política exterior estadounidense en caso de ser elegido el 4 de noviembre. Como se relata en un reciente blog de ‘URG Insights’ por representantes de ‘Human Rights First’, el plan de Biden se centra en gran medida en la reconstrucción de la reputación de Estados Unidos en el extranjero y un servicio democrático fortalecido (el Departamento de Estado), para abordar preocupaciones mundiales apremiantes como el resurgimiento del nacionalismo y el populismo, el retroceso en derechos humanos, la amenaza del cambio climático, y la lucha contra la corrupción. Sin embargo, dejó claro que un enfoque particular de una futura administración Biden sería reconstruir la democracia estadounidense como una base esencial para el liderazgo renovado de Estados Unidos detrás de la lucha global por la democracia.  El primero, (poner en orden la propia casa democrática de Estados Unidos) está, dijo, indisolublemente vinculado con el segundo (política exterior creíble de Estados Unidos): ‘los Estados Unidos debe liderar no solo con el ejemplo de poder, sino con el poder de nuestro ejemplo.’

Reuniendo a las democracias del mundo

La ‘democracia’, argumentó, ‘es la raíz de nuestra sociedad, la fuente de nuestro poder, y la fuente de nuestra renovación. Fortalece y amplifica nuestro liderazgo para mantenernos seguros en el mundo. Es el motor de nuestro ingenio que impulsa nuestra prosperidad económica. Es el corazón de quienes somos y de cómo vemos el mundo— y cómo el mundo nos ve a nosotros.’

En cuanto a la importancia de poner la propia casa de Estados Unidos en orden antes de moverse internacionalmente, Biden se comprometió a ‘reforzar nuestra democracia’ al ‘rehacer nuestro sistema educativo para que la oportunidad de un niño en la vida esté determinada por su código postal o su raza’, ‘reformar nuestro sistema de justicia criminal para eliminar disparidades inequitativas’, ‘restaurar el Acta de Derechos Electorales’, ‘buscar mayor transparencia en nuestro sistema de financiación de campañas para que el dinero, tanto nacional  como extranjero, no contamine nuestra política’, ‘dedicar mayores recursos, incluidos los recursos cibernéticos, a defender nuestros sistemas electorales’, e ‘instituir políticas estrictas de conflicto de intereses y anticorrupción para cada miembro de la administración Biden para que no haya más auto-trato’. Esta lista no exhaustiva es relevante porque refleja una verdad importante sobre la democracia – es decir, que se trata de mucho más que la celebración de elecciones periódicas.  La verdadera democracia requiere de elecciones libres y justas – i.e. que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de votar, postularse y ser elegidos para cargos públicos, y que la política debe ser libre de corrupción, conflictos de interés, e interferencia extranjera.  Curiosamente, y en un importante guiño a los derechos económicos y sociales, Biden también dejo claro que la igualdad de oportunidades, el estado de derechos, y la igualdad de acceso a la justicia, a una educación y atención médica de calidad, también son los cimientos de una sociedad democrática en funcionamiento.

Volviendo al escenario mundial, Biden se compromete a utilizar el liderazgo moral restaurado de Estados Unidos para ‘revitalizar nuestro compromiso nacional de promover los derechos humanos y la democracia en todo el mundo’. Esto incluiría restablecer la política estadounidense en el área de los derechos de las mujeres y las niñas, incluida la salud y los derechos sexuales y reproductivos (esto, dijo, incluiría poner fin a la ‘regla de la mordaza global, que impide que el dinero vaya a ONGs internacionales que incluso hablan sobre el aborto;’ ‘reafirmando la prohibición de la tortura;’ y restaurando el compromiso de Estados Unidos con la ciencia y la verdad en el gobierno, incluida la recuperación de las palabras ‘cambio climático.’

Quizás lo más llamativo es que el candidato demócrata dijo que: ‘Habiendo tomado estos pasos esenciales para reforzar la base democrática de nuestro país e inspirar la acción en otros, [nosotros] organizaremos una Cumbre mundial por la Democracia para renovar el espíritu y el propósito compartido de las naciones del Mundo Libre.’ En consecuencia, y durante su primer año en el cargo, Biden prometió ‘unir a las democracias del mundo para fortalecer nuestras instituciones democráticas, enfrentar honestamente los desafíos de las naciones que están retrocediendo, y forjar una agenda común para abordar las amenazas a nuestros valores en común.’

La Cumbre, dijo, priorizará resultados al asegurar nuevos compromisos de los países en tres áreas: (1) luchar contra la corrupción; (2) defenderse del autoritarismo, incluyendo la seguridad electoral; (3) promover los derechos humanos en sus propias naciones y en el exterior. Involucraría e incluiría a organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo, organizaciones, dijo, ‘que están al frente en la defensa de nuestras democracias.’ Además, la Cumbre ‘emitirá un Llamado a la Acción para el sector privado, incluidas las corporaciones tecnológicas y los gigantes de las redes sociales, para que asuman sus propios compromisos, reconociendo sus responsabilidades y su gran interés en preservar sociedades democráticas abiertas, y proteger la libertad de expresión.’ Por ejemplo, ‘las empresas de tecnología – que se benefician de los frutos de la democracia – deben hacer compromisos concretos sobre cómo pueden garantizar que sus algoritmos y plataformas no empoderen al Estado de vigilancia, faciliten la represión en China y en otros lugares, extiendan el odio, inciten a las personas a la violencia, y sigan siendo susceptibles al mal uso.’

Finalmente, reiterando su opinión de que el mundo debe prestar mucha más atención a la expansión y defensa de la integridad de las elecciones libres y justas, Biden habló de la importancia de iniciativas como la ‘Comisión Trans-Atlántica sobre Integridad Electoral’ (de la que es miembro fundador), ‘para liderar la lucha contra los ataques de Rusia a las democracias occidentales.’ ‘La Comisión’, señaló, ‘ha pedido a los políticos de toda Europa que firmen un compromiso con la transparencia en la financiación de campañas y que rechacen el uso de material fabricado o pirateado.’

‘Trabajando juntos’, concluyó el vicepresidente Biden, ‘las democracias pueden y deben enfrentar el surgimiento de populistas, nacionalistas, y demagogos; la creciente fuerza de los poderes autocráticos y sus esfuerzos por dividir y manipular las democracias; y las amenazas únicas de nuestro tiempo, incluida la renovada amenaza de la guerra nuclear, la migración masiva, el impacto disruptivo de las nuevas tecnologías, y el cambio climático.’

FIN


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Featured photo: Screenshot from former Vice President Joe Biden’s speech at CUNY, 11 July 2019.

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