10 años de la revisión periódica universal

En 2005, Jefes de Estado de todo el mundo se reunieron en la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas. En ella, decidieron crear el Consejo de Derechos Humanos y pidieron al Presidente de la Asamblea General de la ONU que entablara negociaciones para establecer su mandato, funciones, composición y métodos de trabajo. Uno de los resultados más importantes de las negociaciones llevadas a cabo en dicha Cumbre fue la decisión de establecer, como pilar central de la labor del Consejo, un nuevo mecanismo: el Examen Periódico Universal (EPU).
 
El nuevo Consejo se reunió por primera vez en junio de 2006 y de manera inmediata comenzó a negociar un “paquete de creación de instituciones”, que incluiría “las modalidades del mecanismo de examen periódico universal”. Las negociaciones sobre el EPU, a menudo difíciles, se centraron en una serie de temas clave, incluyendo: la base normativa de las revisiones; los principios; la periodicidad y las modalidades de las revisiones; la base documental de revisiones; la forma de realizar las revisiones; y los resultados del EPU. El resultado final fue adoptado mediante la resolución 5/1 el 18 de junio de 2007.
 
Cinco años después, el 25 de marzo de 2011, el Consejo aprobó la resolución 16/21, en la que presentó los resultados de su examen quinquenal. El conjunto de medidas contenidas en la resolución 16/21 fue poco ambicioso, aunque el Consejo estuvo de acuerdo con algunos cambios importantes en el EPU.
 
La suma total de estas innovaciones y reformas es un mecanismo que hoy ha asumido un papel central en el sistema internacional de promoción de los derechos humanos y que se considera un éxito. La clave de ese éxito es la universalidad del mecanismo (la noción que éste abarca, potencialmente, todas las preocupaciones de derechos humanos en todos los países), así como su revisión por pares y su carácter cooperativo.
 
A pesar de estos puntos fuertes, a medida que el EPU se aproxima al final de su segundo ciclo (que finalizará en 2016/2017), quienes diseñan e implementan políticas públicas en derechos humanos se preguntan si el EPU puede mantener su éxito a medio y largo plazo. Por lo tanto, es importante, con anterioridad al tercer ciclo de este mecanismo, analizar y aprender las lecciones que dejan los primeros dos ciclos, con el fin de considerar cuidadosamente si es necesario introducir ciertas reformas al EPU. ¿Deben los Estados mantener el status quo, o algunos ajustes son deseables? Desde el punto de vista político: ¿deberían los políticos internacionales resistir o desistir?
 
El proyecto plurianual de URG sobre el EPU busca responder a estas preguntas. En este proyecto, URG analiza las dos primeras etapas del EPU extraer lecciones, identificar logros y debilidades y ofrecer ideas para el futuro fortalecimiento de este mecanismo. Los resultados y conclusiones finales se presentan en un nuevo Informe de Políticas Públicas de URG.

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