Este es el primero de una nueva serie de informes de políticas públicas que exploran cómo las normas universales de derechos humanos se traducen, a través de las acciones de los gobiernos, los parlamentos, las instituciones nacionales de derechos humanos y las ONG, en algunos casos con el apoyo de socios de desarrollo, en mejoras básicas en el disfrute de los derechos humanos.
Este primer informe explora el papel de los socios de desarrollo multilaterales y bilaterales en el apoyo a los Estados, en particular los Estados en desarrollo, a implementar las recomendaciones de los mecanismos de derechos humanos de la ONU (Cuerpos de Tratado, Procedimientos Especiales y el Examen Periódico Universal); fortaleciendo así el cumplimiento del Estado con sus obligaciones y compromisos internacionales de derechos humanos, y (por extensión) haciendo una contribución importante para el logro de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sin dejar a nadie atrás.
El informe se basa en las discusiones y los resultados de una reunión importante de agencias de desarrollo bilateral, programas y organizaciones relevantes de la ONU y bancos multilaterales de desarrollo, celebrada en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega, Oslo, en abril de 2018. Esa reunión, organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores con el apoyo del Grupo Universal de Derechos, cubrió una serie de temas de importancia para la construcción de una agenda global de implementación de los derechos humanos, que incluye: los derechos humanos y los ODS; el establecimiento y desarrollo de “mecanismos nacionales de implementación, presentación de informes y seguimiento” (NMIRF), incluso mediante la movilización de soluciones de tecnología de la información; el monitoreo, medición y exhibición del impacto sobre el terreno; evoluciones en el concepto de “enfoques de desarrollo basados en los derechos”; apoyo bilateral al desarrollo para la implementación de los derechos humanos; y apoyo multilateral al desarrollo para la implementación de los derechos humanos. Para respetar la ‘regla de Chatham House’ en virtud de la cual se celebró la reunión, el informe no atribuye los comentarios hechos o las conclusiones alcanzadas a ninguno de los participantes individuales o sus respectivas organizaciones.
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